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La hora más dolorosa del dólar para el agro

4 de octubre de 2010

Entre los empresarios, dirigentes gremiales, ejecutivos de empresas y organismos exportadores existe una coincidencia: el valor del dólar es una verdadera amenaza contra la competitividad de nuestro país.

De hecho, el miércoles organizaciones gremiales empresariales y sindicales de trabajadores de todo el país entregaron una carta en La Moneda, dirigida al Presidente Sebastián Piñera, en la que solicitaron a la autoridad que se tomen medidas frente a la brusca caída del dólar.

Se trata de un tema que preocupa. La semana pasada, el tipo de cambio se situó en torno a los 480 pesos. Un año antes, el dólar se transaba en 546 pesos en el mercado nacional. Y sólo en los últimos 3 meses ha retrocedido casi 60 pesos para ubicarse por debajo de los 500 pesos, lo que tiene a productores, empresarios y exportadores con el alma en un hilo.
Según Gabriel Ormeño, presidente del Comité de Arándanos de Fedefruta, el problema es muy serio. Según comenta, el costo de producir un kilo de esta fruta es de alrededor de 1.200 pesos para un productor eficiente. “Y con este valor del dólar y los precios internacionales de los últimos años, prácticamente los retornos serán mínimos”, proyecta mirando la temporada que viene.

“Ahora si se trabaja con créditos y si aún se está pagando la inversión, será muy difícil que esos productores puedan sortear con éxito el año agrícola. Estoy pensando en un año normal. Cualquier complicación como la de 2009 en que la cosecha comenzó con 15 días de atraso, sería aún peor. Se aprecia una temporada muy difícil que puede significar que algunos productores no puedan continuar”, asegura.

En cuanto a medidas paliativas, Ormeño dice que son muy difíciles de tomar por su parte. “La solución podría ser con aspectos de orden tributario y que el gobierno adopte medidas para recuperar el valor del dólar. Un dólar de equilibrio sería de 550 pesos. El gobierno tiene espacio para hacer algo al respecto. De lo contrario, sería eliminar la producción de fruta. Y por supuesto no seguir pensando en Chile como una potencia alimentaria”, sostiene.

Esta visión es compartida por el presidente de la Asociación de Exportadores (Asoex), Ronald Bown. El empresario señala que la situación actual es equivalente a la de abril de 2008, cuando las autoridades económicas decidieron intervenir el mercado.

Según sus pronósticos, si el dólar se mantiene en los niveles actuales, el sector registrará menores retornos por una suma equivalente a US$650 millones de dólares.

Entre las medidas que el presidente de la Asoex plantea, están la intervención inmediata del mercado cambiario junto con perfeccionar el funcionamiento del Banco Central de Chile, por medio de la inclusión del pleno empleo entre los objetivos de la entidad, no sólo en el control de la inflación; y superar su situación patrimonial deficitaria de manera tal que no afecte el tipo de cambio.

carne complicada

Lo cierto es que un dólar bajo afecta por todas partes a las cadenas de valor de los diferentes productos. Así lo sostiene el presidente del Frigorífico Osorno, Harry Jürgensen, quien afirma que el actual tipo de cambio afecta la competitividad del sector exportador y naturalmente afecta negativamente las exportaciones, porque impacta directamente el nivel de retorno.

Desde su perspectiva, esto repercutirá igualmente en el sector primario, que seguramente verá disminuido sus ingresos, a través de la baja de precios del ganado, “porque el tipo de cambio bajo hace más competitiva la importación de carne”, asegura.

Algo que ya se ha apreciado en el mercado interno. Entre enero y agosto de este año, las importaciones de carne bovina se han incrementado en 9,8%, pasando de 75.300 a 82.656 toneladas. Por el contrario, las exportaciones chilenas de carnes rojas -según datos de Odepa- han caído en 6,7% en igual periodo. Claro, es menos atractivo exportar.

“El tipo de cambio es un factor importante en la competitividad del sector, por lo que la autoridad económica debería generar las condiciones necesarias para que se mantenga por sobre los 500 pesos. Si aquello no es posible, porque el gasto público debido al terremoto deberá seguir alto, deberán aplicarse mecanismos que protejan la competitividad del sector agropecuario”, propone el directivo de una de las principales empresas productoras de carne en Chile.

En cuanto a soluciones para el sector agropecuario, a su juicio éstas pasan por una voluntad política más que económica. “No puede pretenderse que el mismo sector privado colabore en mejorar el tipo de cambio a través de un aumento de la tasa de interés, ya que el probable beneficio económico se verá neutralizado por el costo financiero. El sector agropecuario debe mejorar su competitividad y eso pasa por aumentar gradualmente su potencial productivo”, reconoce.

En ese sentido, Jürgensen, quien participó la semana pasada en el Congreso Mundial de la Carne en Buenos Aires, cuenta que la autoridad representativa del sector agropecuario de Brasil anunció que ese país tiene un plan para recuperar varias millones de hectáreas de suelo agrícola degradado para mejorar su potencial productivo. “Deberíamos pensar en hacer algo similar pero con asignación de recursos que verdaderamente impacten positivamente la competitividad del sector”, agrega.

leche y mas…

Guillermo Iturrieta, presidente de la Asociación de Exportadores de Productos Lácteos (Exporlac) comenta que al sector le preocupa sobremanera el nivel observado del tipo de cambio por cuanto es una de las variables claves de la competitividad externa.

“Estamos en un proceso de convertirnos en potencia alimentaria y el desincentivo que provocan los bajos retornos de exportación arriesgan el desarrollo del agro y particularmente la industria de la leche en el mediano plazo”, explica.

Hace algunas semanas, el propio Iturrieta decía que con un dólar por debajo de los 550 pesos el sector pierde competitividad. Hoy el escenario es peor aún, según el directivo. “Considerando los precios internacionales actuales de la leche, evidentemente si con el dólar a 550 es complicado, lo es mucho más con el dólar a 500 pesos. La lección es que debemos ser cada día más eficientes y existe claridad en la cadena láctea que se debe mejorar la eficiencia. Pero necesitamos que la autoridad nos dé el tiempo necesario, invirtiendo en esta industria a través de los incentivos correctos y uno de ellos es claramente la mantención de un tipo de cambio competitivo”, agrega.

Iturrieta advierte que hasta ahora se ve en el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, la intención de mantener el gasto publico por abajo del crecimiento del producto, lo que a su modo de ver es correcto en el largo plazo. “Pero lo que se necesita son medidas más bien provisorias que corrijan el efecto en el camino, ya que nuestra industria está en proceso de consolidarse recién en los mercados internacionales y puede verse perjudicada más allá de lo prudente en el proceso”, acota.

Pese a ello, estima que la industria seguirá exportando los excedentes de producción, que existen desde hace ya 8 años, porque no tiene otra opción. “El año pasado las exportaciones de lácteos cayeron por efecto de la crisis subprime a 140 millones de dólares -desde los 236 millones del 2008-. Para este año esperamos conseguir embarques de lácteos cercanos a 170 millones de dólares, ya que estamos empeñados en lograr un 20% de crecimiento anual, pero no hay que engañarse ya que por efecto de un precio mejor al del 2009, los volúmenes tienden a ser más bajos. La clave está en los nuevos mercados que se han logrado cubrir este año, como China, Argelia, Turquía, Emiratos Árabes, Arabia Saudita y Rusia. Pero estas aperturas comerciales de nada sirven si los retornos no son razonables por efecto del tipo de cambio bajo”, acota.

En el rubro de los granos, Alex Strodthoff, gerente general de OleoTop, sostiene que el tipo de cambio los perjudica como empresa en la medida que sus proveedores (los agricultores) se ven afectados.“Los precios se fijan en dólares, pero los agricultores tienen sus costos en pesos. Por lo tanto disminuyen sus ingresos netos y con ello el interés por sembrar. Y luego se reduce la base de abastecimiento de la agroindustria. Lo cierto es que el dólar bajó después de la época de siembra, por lo que esto nos golpeará en la próxima temporada”, asegura.

En tal sentido, cree que el tipo de cambio actual no es viable y que el dólar de equilibrio debería estar por encima de los 500 pesos. “Por debajo de ese monto, es perjudicial para los productores y la agroindustria”, agrega.

Por su parte, el productor y exportador de lupino, Hugo de Celis, mira el lado positivo, pese a la fuerte caída que hace perder competitividad y retornos a los empresarios que venden al exterior.

De Celis comenta que a la caída del tipo de cambio, se suma una baja en el precio de los fletes que llega al 40% aproximadamente. “Yo el año pasado pagaba 2.200 dólares a Italia y hoy pago 1.290”, remarca, dando cuenta de un factor que junto al aumento del precio pagado por el lupino, permite compensar la baja de la moneda estadounidense.

Pese a eso, considera que un dólar aceptable para asegurar una rentabilidad base, debería ser de 500 pesos. Y de paso llama a tomar resguardos. “Todas las ventas son el dólares. Entonces, uno tiene que tomar algunas medidas, como los Préstamos a Exportadores (PAE) en dólares. Lo otro es tomar un seguro de tipo de cambio a la hora de exportar”, advierte.

 

Fuente: El Campo Sureño.

 

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